¿Qué son las varices?

 

Son dilataciones de las venas superficiales en las piernas que pierden su funcionalidad, repercutiendo en un aumento de su tamaño y una disminución de la velocidad de la circulación, incrementándose la presión venosa en la parte más distal de la pierna, pie y tobillo.

Las varices aparecen en el 15% de la población y de ésta parte presentan molestias importantes. Son más frecuentes en mujeres y existe una predisposición familiar. La obesidad, el tipo de actividad física y la constitución física son otros de los aspectos que intervienen en esta enfermedad.

¿Qué tipos de varices existen?

 

Puede existir edema o hinchazón de piernas acompañándose o no de dolor. Pueden aparecer pequeñas manchas de la piel o capilares superficiales con diferentes formas. Estos últimos son defectos estéticos conocidos como arañas vasculares. Otra de las manifestaciones de la insuficiencia venosa es la patología linfática.

Venas Reticulares: de color verde-azulado, se transparentan a través de la piel. Pueden ser varices incipientes o venas subcutáneas muy visibles en pieles blancas. Raramente se complican y no suelen dar ningún síntoma.

Varices Tronculares Primarias: son dilataciones prominentes y sobreelevadas que se hacen más evidentes cuando se está de pie. Pueden complicarse provocando una tromboflebitis y a la larga favorecen la aparición de trastornos en la piel (úlceras, fibrosis, cambios de coloración).

Varices Tronculares Secundarias o Recidivadas: son venas dilatadas que aparecen tras haberse realizado una intervención de varices. En ocasiones éstas pueden aparecer de forma precoz y en multitud de localizaciones.

Varices postflebiticas: son dilataciones venosas que aparecen después que el paciente haya sufrido un episodio de trombosis venosa. Su aparición muestra un grado avanzado de insuficiencia venosa y frecuentemente no deben ser operadas.

Variculas y Telangiectasias: en realidad no son varices. Son pequeñas dilataciones de los capilares situados en las capas más superficiales de la piel.

¿Cuál es el origen de las varices?

 

El origen de las varices es múltiple, pero se acepta que para que aparezcan debe producirse una insuficiencia valvular, es un defecto en la constitución de las venas que producen deformación. La insuficiencia de las válvulas determina la incapacidad venosa a bombear la sangre hacia el corazón, produciendo el remansamiento de la misma y aumentando la presión venosa deformándolas y dilatándolas. Si a este defecto añadimos el sobrepeso, el sedentarismo, situaciones (naturales o artificiales) que disminuyen el tono venoso por compresión externa, se favorecerá la aparición de las conocidas varices.

¿Por qué salen las varices?

 

El principal factor es el genético, no obstante prolongadas estancias de pie sin andar favorecen su crecimiento. También pueden salir después de haber tenido una trombosis venosa profunda.

¿Duelen las varices?

 

Hay personas que tienen molestias y otras que no las tienen. Hay que recordar que las personas con varices pueden tener molestias en sus piernas por otros motivos.

¿Cómo se deben operar?

 

Es el tamaño de las varices y el compromiso de los troncos safenos principales, los que determinan la necesidad de operarlas.

¿Por qué se deben operar?

 

Para evitar sus frecuentes complicaciones que a corto plazo son la varicoflebitis (trombosis de la variz), con el consiguiente riesgo de embolia pulmonar, y la varicorragia (sangrado por rotura de una variz). Las complicaciones a medio-largo plazo consisten en la aparición de atrofia y pigmentaciones en la piel de pies y tobillos con tendencia a la ulceración.

Nuestra recomendación es que cuanto antes tengas la primera cita con nosotros con el fin de valorar qué tipo de nivel de problemática tienes y qué tipo de tratamiento combinado te vamos a dar.

El tratamiento con microespuma consiste en inyectar en la vena enferma una sustancia química en forma farmacéutica de microespuma, que desplaza a la sangre y permite tratar selectivamente la pared interna de la vena varicosa, transformándola en pocos meses en un cordón cicatricial por el que no circula la sangre y sin apenas molestias.

Permite eliminar cualquier vena varicosa, independientemente de su tamaño, localización o morfología, incluyendo las de gran calibre.

Realizamos también la técnica con «espuma» y la escleroterapia eléctrica en combinación con I.P.L. para la zona facial.