Una lesión cerebral traumática
Es, en general, el resultado de un impacto contundente en la cabeza, o incluso en el cuerpo, que causa un daño físico al cerebro. Un impacto violento puede causar derrame y otros daños provocando gravísimos problemas emocionales y cognitivos.
Las terapias convencionales se centran en el tratamiento inicial del trauma o lesión, ignorando los daños crónicos que puede arrastrarse a lo largo de los años posteriores. Recientes descubrimientos, han puesto de manifiesto que estos traumas cerebrales pueden provocar deficiencias en la secreción de ciertas hormonas.
Existen evidencias de que solucionar esta deficiencia en el sistema hormonal de los pacientes, puede reducir los déficits de atención, memoria, funcionalidad, así como dificultades para el sueño. Algunos estudios también indican que equilibrar el sistema hormonal en pacientes de Alzheimer y demencia, puede también inhibir la progresión de la enfermedad.
La lesión cerebral traumática crea problemas hormonales
El hipotálamo y la glándula pituitaria, instaladas en la parte posterior del cerebro, regulan la producción de hormonas. Un cuerpo saludable se comunica ininterrumpidamente con el cerebro a fin de crear un equilibrio hormonal estable.
El trauma cerebral, a menudo provoca daños en el sistema hipotálamo-pituitaria por lo que puede ocasionar un anormal funcionamiento en la regulación hormonal. Se cree que el hipopituitarismo, o fallo en la producción de los correctos niveles de hormonas, afecta con el tiempo entre el 50% y el 76% de los afectados.
La hormona del crecimiento se une a los receptores encontrados en el cerebro, especialmente en las regiones responsables del aprendizaje y la memoria. Las hormonas sexuales, específicamente, también están estrechamente relacionadas con la función cognitiva. Éstas pueden funcionar directamente como neurotransmisores en el sistema nervioso central.